
Con tal ilusión, inició su viaje por el desierto de Utah el pasado 8 de septiembre. A las pocas horas de su recorrido, cayó por una grieta entre las rocas de más de tres metros de altura por un mal apoyo.
El golpe fue tremendo. Enseguida el montañista se dio cuenta que se había dislocado el hombro. “Tardé cuatro o cinco minutos en volverlo a colocar, aunque lo peor fue cuando me puse de pie: me di cuenta de que tenía el tobillo roto”, ha explicado Richards a la WBTV, la televisión local de su ciudad, Charlotte (Carolina del Norte).
Sin teléfono móvil y con dos barritas energéticas como únicos víveres, el infortunado excursionista no le quedó más remedio que gatear entre rocas para intentar regresar a su coche. Fueron cuatro días casi sin alimentos y bebiendo agua de lluvia en los que, con la única ayuda de su GPS, consiguió recorrer ocho kilómetros.
A Richards le quedaban apenas tres kilómetros para llegar a su coche cuando un helicóptero de los servicios de rescate localizó el flash de su cámara. El herido fue transportado a un hospital cercano donde le atendieron de su fractura y de la deshidratación vivida durante su travesía por el desierto.
¿Te atreverías a practicar senderismo en zonas peligrosas?
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